Auto evalúa si verdaderamente tienes capacidades para ser emprendedor.
1.¿Sabes controlar tus impulsos?
Al margen de la suerte que pueda tener un emprendedor, ninguna historia de éxito ha tenido siempre el viento de su lado. Esta es una cualidad fundamental en la persona emprendedora, porque va a tener que enfrentarse a retrasos, dificultades o imprevistos que le pueden llevar al desengaño y al fracaso. Es normal que no todo salga bien a la primera, pero es necesario saber afrontar los obstáculos que se pueden interponer en el camino y perseverar. En primer lugar, el tener que elegir entre dinero y tiempo libre, o entre dinero y calidad de vida. La mayoría de los beneficios del negocio de un emprendedor se obtendrán a costa de horas no laborales. Un emprendedor tiene que estar dispuesto a trabajar duro durante una temporada más bien larga que corta.
2. ¿Eres comunicativo?
Los expertos insisten en que todos los emprendedores con éxito son buenos o excelentes comunicadores. Son capaces de expresar deseos, necesidades, objetivos, ideas a sus socios, clientes y proveedores. Paralelamente suelen tener buen conocimiento de la naturaleza humana y saben vender sus ideas con tacto. En relación con lo anterior, distinguen cómo tratar y comportarse con personas distintas, y son muy perceptivos en distinguir cuándo es el momento oportuno para entablar una negociación
El emprendedor nato tiene que ver con la preferencia por las relaciones interpersonales laborales, lo que incluye la capacidad de comunicación y de obtención de la información adecuada para lograr los objetivos que se persiguen, o para la generación de relaciones de colaboración.
3. ¿Defiendes con habilidad tus argumentos?
La capacidad de comunicación, señalan los expertos, tiene que ver con la confianza en tu proyecto y en tu postura a la hora de defender tu idea de negocio. En este sentido, es una cuestión de asertividad, que no de agresividad. El emprendedor tiene que estar dispuesto a defender sus opiniones, sus posiciones, sus intereses”. “Los emprendedores toman sus decisiones por sí solos, lo que no quiere decir que, por prudencia, y para contrastar opiniones, no pregunten a otras personas antes de tomar una decisión, pero cuando la adoptan se hacen plenamente responsables de ella.
4. ¿Sabes trabajar en equipo?
Esta habilidad aglutina capacidad de convicción, de seducción, de conocimiento, de comunicación, pero para arrastrar a un equipo tienes que tener un buen proyecto. Es difícil arrastrar a una locura a la gente. Y para arrastrar a la gente tienes que tener una capacidad de liderazgo, y tener dotes de liderazgo implica saber crear equipos, saber trabajar con equipos, y saber comunicar.
5. ¿Te consideras una persona optimista?
Para empezar, un emprendedor siempre ve el vaso medio lleno. Si tiene un proyecto, el emprendedor está dispuesto a arriesgar el poco o mucho dinero del que disponga e, incluso, su entorno familiar. Son personas que se comprometen con un proyecto con un espíritu optimista.
6. ¿Eres curioso?
Los emprendedores son personas curiosas. Se interesan por todo. Tienen las antenas puestas. La curiosidad les impulsa a ser curiosos las 24 horas del día. No se trata de dejar que las cosas les sorprendan, sino que van a buscarlas. Esa iniciativa caracteriza al emprendedor.
7.¿Perseverante?
Si un emprendedor no está motivado, por mucho que se asocie con otras personas que estén motivadas, si algo sale mal, terminará tirando la toalla.
8. ¿Tienes madera de líder?
Es importante tener capacidad y disposición para asumir la guía, la dirección y la responsabilidad del trabajo de un grupo de personas. La mayor parte de los emprendedores experimentan un liderazgo precoz
9. ¿Te sobra capacidad de iniciativa?
Emprender es una cuestión de iniciativa. Un emprendedor tiene creatividad o, al menos, capacidad para dar soluciones nuevas a problemas viejos, o, incluso, para plantear nuevos problemas. Se trata de romper con lo establecido y conocido, para buscar nuevas maneras de hacer las cosas..
No basta con tener ideas, además, hay que tener claro cómo se van a desarrollar. Tienes que hacerte la siguiente pregunta: ¿Sabes cuáles son las características que definen la oportunidad de negocio que has detectado? Debes centrarte en la oportunidad y, a partir de ahí, comenzar a buscar todos los medios que te van a permitir dar respuesta a esa oportunidad antes que otros.
10. ¿Conoces el mercado actual?
O lo que es lo mismo: ¿Eres capaz de explicar a los consumidores para qué sirve tu producto o tu servicio y cómo va a mejorar sus vidas? Los expertos destacan la habilidad que tienen los emprendedores de estar constantemente con los ojos abiertos. Tener un buen proyecto proviene de la curiosidad. Al fin y al cabo, ¿de dónde sale un proyecto? De lo que ves en el entorno, de las necesidades que ves que hay, y de ser capaz de solucionar aquellas necesidades de manera imaginativa. Conocer el sector donde te vas a meter implica analizar ese mercado, pero también conocer bien tu producto, aunque de momento sólo esté en tu cabeza. Seguro que te reconoces en esa definición, pero también te preguntas: ¿Cómo puedes saber si tienes una oportunidad de negocio entre las manos?